jueves, 31 de julio de 2008

Encuentro matutino


Me levanto sin saber muy bien qué hacer hoy. Día tonto, el ánimo se levanta sin darme los buenos días...

Con los ojos pegados aún, entro en mi blog y lo veo un poco parado (aún no se lo he dado a mucha gente), tomo un café en mi terraza, fumo dos cigarros, me bajo las tirantas de la camiseta para que el sol no me deje más marcas, entro en el salón, ni quiera llevo la taza a la cocina, me vuelvo a acostar, casi me quedo dormida, me levanto, hago una transferencia para pagar la factura de la luz a mis caseros, veo que he cobrado, pero como estaba en números rojos sólo me queda dinero este mes para pagar el alquiler, pero siempre me quedará la posibilidad de volver a estar en números rojos cuando vuelva a cobrar, me río leyendo los comentarios de las niñas de DeFrente y llega la cromosómica
A partir de ahí mí día cambia. Una conversación que me hace sentirme conectada con gente humana auténtica, que me devuelve a lo esencial de la vida, que me recuerda el PODER de las personas, y que me recuerda que lo más apasionante de la vida es que Una aprende.

Un placer aprender contigo

miércoles, 30 de julio de 2008

Mí, me, conmigo


Comencé queriendo encontrar una persona que me diera lo que ya no podía darme ella.

Terminé entendiendo que tenía que dármelo yo, me lo debía.

Quise dármelo.

Me lo estoy dando.

¡Tos parriba valiente!



- Te encontrabas ya bien, ¿no?, por eso saliste ¿verdad?

- No, salí, y por eso me encuentro bien.

Una llevaba toda la vida esperando a que "se le pasaran" las cosas para sentirse bien y volver a su vida. Esta vez no. Cuando tocó fondo se dijo: "tienes que estar bien, por cojones". Y comenzó a decirse a sí misma y a l@s demás que ya estaba en otro punto, que podía, que estaba mejor. Y le echó un coraje al asunto... Y sacó unas fuerzas que ni si quiera Una sabía que tenía... Y comenzó a inventarse ejercicios, herramientas, estrategias... y fue viendo que era útiles, que le servían, que había tenido intuición y que se iba encontrando mejor, un poco mejor. Y eso fue teniendo un efecto multiplicador de sus fuerzas...

No hay cosa de la que Una esté más orgullosa que de haber salido por cojones.

Una se lo ha currado, no se le ha pasado.

Eso la ha cambiado a Una.

Gracias, Marta


- Disculpa, sé que es de madrugada.

- No pasa nada.

- Perdona que te llame otra vez.

- ¿Qué te pasa?

- Perdona, sé que tienes que levantarte temprano mañana, pero...

- No te preocupes.

- Soy yo de nuevo.

- Cuéntame.

- ¿Te puedo llamar ahora?

- Sí.

- ¿Y ahora?

- Sí.

- ¿Y ahora?

- Sí.

(...)elevado a la enésima potencia

Gracias


Tus renuncias las tengo puestas en la estantería donde pongo las cosas más importantes de mi vida.

En la misma donde puse todos los momentos tan bonitos que viví a tu lado.

Rodeada de plantas.

No pienso asignar a nada de esto otra estantería.

martes, 29 de julio de 2008

De cómo todo está plagado de recuerdos


Un viaje puede trastocar un poco...

un autobús, una estación de autobuses, un metro, una librería, un barrio, una silla, un bar, un paseo, una tienda, un semáforo, la casa de una amiga, la cama de la casa de una amiga, la amiga, un cielo, una noche, una mañana, una tarde, una cafetería, un buffette, una plaza, un cruce, una calle...

Miles de cosas en un sólo viaje me tambalearon un poco.

Pero sólo un poco ¿vale? ¡a ver si me entero!

Sin zapatos


Por nada del mundo quisiera quedarse sin zapatos... ¿qué harían sus pies? no podría protegerlos de heridas, rasguños... y durante un tiempo nunca olvidaba sus zapatos cuando salía de casa.

Pero esa noche la debilidad gobernaba...

Quedarse sin zapatos fue la oportunidad de sentir con los pies... sólo deseo que no se hiciera ningún rasguño... a mí me encantó procurarlo...

lunes, 28 de julio de 2008


"Enfermero, -dijo la doctora- ya puede coser, ahora tiene que cicatrizar, pero ya le hemos puesto todos los órganos en su sitio."

sábado, 26 de julio de 2008

Ensalada de autoestima


Aparece una persona en la vida de una, alguien especial y... una no se da cuenta, pero le entrega el poder de su autoestima. Una comienza a sentirse de lujo, se percibe más valiosa, más merecedora, más grande, está más contenta consigo, se cree capaz de más cosas. Siempre tiene a alguien a su lado y piensa... ¡joder, pues si que debo valer!
Y el primer día la presencia de esa persona en la vida de una supone ya un 20% de su autoestima, y cada mes va ganando un 5% más, hasta que... cuando pasa el tiempo, una se da cuenta de que se ha olvidado de apreciarse por sí misma, una se ha acostumbrado al aprecio de esa persona. Teniendo la valoración de esa persona una no ha visto necesario seguir valorándose a sí misma.
Cuando esa persona tan especial sale de la vida de una... se encuentra con la nevera de su casa vacía, porque lleva un año alimentándose de la nevera de ella y no ha tenido el cuidado de mantener su propia nevera provista de una variedad y una calidad de productos con los que ser feliz si una, por lo que sea, se tiene que quedar dentro de su casa por una temporada.
Y, llegado ese momento, es difícil parar el impulso de coger las llaves del coche para ir a buscar alimento en la nevera de ella, que está más lejos que el Mercadona pero, aunque sí tiene fuerzas para conducir unos cuantos kilómetros... no las tiene para ir al súper de la esquina, ya se le ha olvidado cómo comparaba una sola.
Y si una tiene lechuga en su nevera... pues, la verdad, no sabe ni preparársela y además no quiere, prefiere la ensalada de ella, con mucho más sabor, con mucha más autoestima.

viernes, 25 de julio de 2008

Olé


¡Jodér qué rampa estoy subiendo!

Olé mis botas,

olé mis músculos,

olé mi vista,

mi orientación no,

pero... ¡olé por una!

Abriendo caminos sin señalizar, ¡que no me señalicen!


Existe la tendencia de pensar que "cada un@ de nosotr@s tiene un rango de felicidad determinado, al igual que sucede con el peso corporal. Por tanto, igual que quienes hacen régimen casi siempre recuperan los kilos perdidos, las personas tristes no son felices de forma duradera y las personas felices no se sienten tristes de forma duradera."

Según la vivencia de cada cual, sobre todo en la infancia, nos encasillamos en una de estas dos categorías: personas con estrella y personas estrelladas.

Las personas que hemos trillado más la segunda categoría, cuando estamos bien, lo vivimos con prisa y con miedo, es como en el comecocos: cuando los mostruitos se vuelven azules tenemos que correr todo lo posible ya que, en cualquier momento, van a volver a su estado natural

Es más, solemos tender a creer firmemente que, la persona que somos cuando estamos mal, es nuestro estado verdadero, es más real, más yo. En cambio, cuando estamos bien lo vivimos como un oasis, como un descanso, como una botella de agua que nos dan en una maratón: nos alivia un poquito, pero sabemos que tenemos que seguir la carrera de sudores y asfixias.

Y creo que al sentirnos encasillad@s no somos capaces de sentir y vivir los acontecimientos estrella, o no los vivimos como reales, o no los buscamos porque creemos que no nos van a llegar, que no estamos hech@s para ellos.

Y, evidentemente, todo esto no es cierto, se parece más a las "profecías autocumplidas": nos hacen creer que podemos poner un huevo, y vamos, y lo ponemos. Lo cual nos hace ver, por un lado, lo manipulables que somos pero, por otro, la capacidad que tenemos las personas: QUE SI NOS CREEMOS QUE PODEMOS PONER UN HUEVO, LO PONEMOS!! Esto da mucha fuerza, ¿no? Agarrémonos a esta fuerza: somos capaces de lo que se nos meta en la cabeza y en el cuerpo.

Me parece que, como en muchísimas ocasiones, más de las deseadas, la religión tiene mucha culpa de esto, y me remonto al pecado original: ahí están Adán y Eva, super felices, sin preocuparse por ponerse ropa, follando como locos, haciendo lo que les da la gana... un estado placentero... pues nada, llega la serpiente y lo jode todo. ¿Mensaje que nos transmiten? no te acomodes, no disfrutes demasiado que después vendrá algo gordo, no es es posible estar bien. Es más, los desobedientes acaban peor, sé obediente, sumis@, nos construyas tu propio camino, pisa el que ya otr@s han hecho.

jueves, 24 de julio de 2008

Una llega y aparca...




Después de un tiempo,
una aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma,
y una aprende
que el amor no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad,
y una empieza a aprender...

Que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas
y una empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos,
y una empieza a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes...
y los futuros tienen una forma
de caerse a la mitad.

Y después de un tiempo
una aprende que, si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así que una planta su propio jardín
y decora su propia alma,
en lugar de esperar
a que alguien le traiga flores.

Y una aprende
que realmente puede aguantar,
que una realmente es fuerte,
que una realmente vale,
y una aprende y aprende...
y con cada día una aprende


Aquí empecé el camino y empecé a aprender.