
Una mudanza puede ser una vivencia muy simbólica. Así la estoy viviendo. Me voy de mi piso de tres habitaciones a uno con una sola habitación. Esto hace necesario una renovación de pertenencias, vamos, a deshacerme de cosas. Me puse la norma de "todo aquello que no he usado en dos años, a tomar por culo". Y la he cumplido.
Me he deshecho de cosas que pertenecían a aspectos de mi vida antes muy importantes y que ahora ya no lo son. Hace algo más de dos años y medio me encontraba mudandome y metí precisamente esas cosas que ahora mando lejos con agrado.
El mismo salón que ahora se encuentra despidiéndose de cajas y cajas se encontraba hace años dándoles la bienvenida.
Y hemos sido muy felices aquí mis cajas y yo.
Me da pena y miedo dejar este piso. Pero siento que se viene conmigo porque está muy ligado a la etapa más VIVA de mi vida.