Cada vez estoy más convencida de que lo importante es vivir el presente y no dejarse cercar por los "y si..."
Prefiero vivir las cosas que llegan, las personas que llegan.
Y si hay que hacerse más fuerte, pues se hace una más fuerte, coño, que digo yo que no nos hicieron de cristal precisamente.
Ala, a curtirse con la vida, con lo bueno y lo menos bueno.
Si al final resulta que todo es cuestión de mentalidad, de cambiar el chip, de no intentar que las cosas sean de una sola manera, de cambiar los esquemas socio-culturales que nos dictan cómo debe ser todo para que "esté bien": un trabajo, una relación, una imagen... una vida.
Y... ¿quién tiene la razón o la verdad?
Nos empeñamos en moldearnos para caber en la cajita y al final va a ser que lo que tenemos que buscar es otra cajita, que cada una tiene su cajita, y a mí no me vale la tuya como a ti no te vale la mía ni la de nadie. Pero qué empeño social por que todas tengamos la misma vida.
Borraré de mi verborrea la frase "eso es así"
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