- Disculpa, sé que es de madrugada.
- No pasa nada.
- Perdona que te llame otra vez.
- ¿Qué te pasa?
- Perdona, sé que tienes que levantarte temprano mañana, pero...
- No te preocupes.
- Soy yo de nuevo.
- Cuéntame.
- ¿Te puedo llamar ahora?
- Sí.
- ¿Y ahora?
- Sí.
- ¿Y ahora?
- Sí.
(...)elevado a la enésima potencia
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