miércoles, 30 de julio de 2008

Gracias, Marta


- Disculpa, sé que es de madrugada.

- No pasa nada.

- Perdona que te llame otra vez.

- ¿Qué te pasa?

- Perdona, sé que tienes que levantarte temprano mañana, pero...

- No te preocupes.

- Soy yo de nuevo.

- Cuéntame.

- ¿Te puedo llamar ahora?

- Sí.

- ¿Y ahora?

- Sí.

- ¿Y ahora?

- Sí.

(...)elevado a la enésima potencia

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