miércoles, 18 de noviembre de 2020

Día 32

Hoy estoy contenta... al menos sé dónde situarme, tengo más claro en qué consiste. Hoy me he sentado con calma, paciencia y sin críticas. He vuelto cada vez que la mente me llevaba. Me he sentido bien. He de reconocer que, al levantarme, no tenía ganas, no me hacía ilusión, he buscado excusas para no ponerme pero, finalmente, me he sentado. 

Claro que es más fácil anclarse con herramientas, porque son de la mente y la mente es un hilo conductor muy poderoso que no te suelta...

Sigamos...

martes, 17 de noviembre de 2020

Día 31

 A partir de aquí puede que no escriba tan a diario. Antes me servía para ir "guardando" todas las "herramientas" que iba usando. Ahora se simplifica todo un poco y consiste, simple y difícilmente, en sentarme a centrarme en la respiración y el cuerpo, reconocer cuándo estoy usando la mente y volver, volver, volver...

Sigo en el camino!

lunes, 16 de noviembre de 2020

Día 30


Sí, ya tengo claro qué no es meditar y algo más claro que antes qué es meditar, que básicamente es no hacer, solo estar y ser. 
Hoy me he puesto en esa clave, me parece más sencilla pero más difícil. Las prácticas que venía haciendo eran más fáciles, pero no se trataba de meditación. 

Empezamos hoy un camino bifurcado

domingo, 15 de noviembre de 2020

Día 29


Hoy lo veo todo de otra forma. Creo que ayer no estaba preparada para entender porque me fastidiaba llevar un mes haciendo esfuerzos por un camino que no es. 

Creo que es mucho más simple de lo que yo creía. Y con simple no quiero decir fácil precisamente, todo lo contrario. Es más fácil hacer lo que estaba haciendo, usar la mente. No entendía lo que hablábamos ayer en el curso porque no concibo el "no hacer" y ahí está la simpleza y la dificultad de la meditación.

Cuando hoy me he sentado a meditar, me he dado cuenta de que no tengo que hacer tantos esfuerzos por buscar y trabajarme herramientas. No. Mi esfuerzo es solo uno: ser. Realmente es poner la atención en la respiración y en el cuerpo y por eso es tan difícil. Pero, a la vez, este descubrimiento me libera de lucha, de búsqueda, de probar cosas... me deja libre para atender solo a una cosa. 

Me he sentido más tranquila, no todo hay que currárselo tanto con tantos frentes. Y me ha ayudado hoy a tener más paciencia. Yo pongo todo de mi parte: sentarme diariamente, atender a la respiración y al cuerpo, observar que algo que llega es un pensamiento... y hacer rodaje en esto.

Y este mes ha sido mi experiencia. Siempre se aprende, nada es en vano. 


sábado, 14 de noviembre de 2020

Día 28

 


Hoy hemos tenido curso de meditación con La Jardinera. He planteado mis dudas... y me he llevado un chasco y creo que más confusión. A lo mejor es que las respuestas no han sido las que deseaba.

Necesitaba aclarar dos dudas, la primera era hasta qué punto estoy relajándome y cuándo empieza la meditación. La meditación es algo más que la relajación, sí, pero qué. Realmente la respuesta vino en la siguiente pregunta. 

La segunda pregunta era qué pensamientos son válidos y cuáles no. Es decir, si hay pensamientos que me llevan a centrarme, calmarme, relentizarme... ¿son válidos? Yo esperaba que sí, que toda aquella herramienta que me ayudara a entrar en ese estado de consciencia, aunque viniera de la mano de la mente, era válida. Pero no... Entonces ocurre que todo lo que llevo practicando este mes... no es válido. No es que no sea válido, lo es en mi camino de aprendizaje, pero he estado buscando y usando unas herramientas que no son propias de la meditación: las visualizaciones, retroceder a momentos de paz y serenidad, palabras, frases... meditar no es nada de eso porque uso el pensamiento y la mente. ¿Entonces qué es? ¿En qué pongo la atención? La respuesta es en la respiración y en el cuerpo. La respiración y el cuerpo. ¿Nada más? Yo pensaba que eso era algo introductorio, como para entrar en situación, para adentrarme y que luego había que "trabajar otras cosas"... me voy confundida... y un poco chafada.

viernes, 13 de noviembre de 2020

Día 27

 




Después de la experiencia de ayer, y encontrándome hoy en una situación similar de agobio por cantidad de trabajo he tomado dos decisiones. La primera ha sido que, al despertarme de forma natural una hora antes de lo habitual, las 5:45, he decidido que, ya que iba a quedarme en la cama sin poder volver a dormir y dándole vueltas a la cabeza, lo mejor era levantarme y empezar antes, así no estaría "robándole" tiempo al la jornada laboral... una tontería, seguramente, pero me descarga de presión. En segundo lugar, me he decidido por una meditación guiada para, después, quedarme unos minutos más yo sola. 

La meditación guiada me ayuda a irme menos. En esta ocasión, ha sido un escaner corporal y, posteriormente, un tomar conciencia del espacio. No es que me haya encantado, pero me ha centrado. Realmente prefiero guiarme yo, pero hay veces que es muy arriesgado. Lo que sí me he dado cuenta de que es algo fundamental es la música de fondo, me sitúa mucho, me lleva adentro y me ayuda a entrar en un ritmo y estado inicial que facilita todo lo demás.

Me planteo: lo que hago ¿es meditación o simplemente relajación?, ¿qué diferencia hay entre una y otra?

jueves, 12 de noviembre de 2020

Día 26

 Mi voluntad hoy ha sido casi nula. Tengo citas de trabajo desde primerísima hora de la mañana y, además, citas que son claves. Por esta razón casi ni me pongo. Al final me pongo. Los pensamientos se me van al trabajo, no trato de dejarlos ir, estoy enganchada a ellos. No es que no pueda y vengan una y otra vez, es que yo no los sueltos conscientemente. Me acuerdo de una gestión. Paro la meditación y la hago. La retomo. No puedo pararme. La dejo.

Ayer sentí que le cogí un poco el rollo y me gustó mucho, parece que ya sé al menos estar. Creo que sí. Pero hoy... creo que he sido yo la que he decidido que no. 

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Día 25


Hoy me ha sido fácil. Ayer di con varias claves que me ayudan mucho. Me he puesto música desde el primer momento, sé que me conecta con un ritmo lento, me para, me calma, favorece que las imágenes y pensamientos que vengan a mi cabeza sean lentos o, si no lo son, vengan sin tanta aceleración. 

Respiro hondo y despacio, imagino cómo me trae calma esa respiración, imagino cómo me limpia por dentro.  Me invito a sentir mi presencia, a sentirme a mí, aquí, lejos de todo lo que no soy yo. 

Me vienen a la mente pasiones en las que pongo mi centro, y pienso que no son mi centro, mi centro soy yo.

Respiro palabras que me llevan al estado en el que deseo vivir: calma, traigo calma, solo estoy, estoy aquí. Una mención especial para "aquí y ahora". Me detengo en que estoy aquí, exactamente aquí, y ahora, exactamente ahora, y en que la vida se está manifestando generosamente en este lugar y en este momento, me regala este espacio de calma, tranquilidad y paz, este espacio de solo yo. Lo disfruto y me traslado a otros momentos de aquí y ahora. Casi todos relacionados con la naturaleza. Voy "re-sintiendo" lo que viví en esos momentos y puedo disfrutarlos como si fueran ahora. 

Me planteo: ¿qué pasa con todo este pensamiento? Es pensamiento, eso que debo observar y dejar ir en meditación, pero creo que tengo que establecer una diferencia entre pensamiento que me lleva al estado que busco en mi vida: calma, serenidad, slow, y pensamiento que es todo lo contrario y que me lleva a un estado y a una experiencia que no es la de la meditación. No sé si esto es acertado. ¿Son válidos unos pensamientos y otros no?

Ha habido un momento en el que he tocado un recuerdo de una persona importante para mí con la que actualmente no tengo contacto y me ha producido dolor. He intentado recordar lo que aprendí de Sergi Torres: Un recuerdo (momentos disfrutados con esa persona) no es doloroso, yo le pongo el dolor en el presente porque no está. 

martes, 10 de noviembre de 2020

Día 24


Hoy no tengo absolutamente ningunas ganas de sentarme a meditar. Me encuentro desilusionada, desencantada en general porque no me va como querría, me noto estancada, que no avanzo. 

Busco una meditación guiada de Claudio Naranjo y no encuentro. Llego a otra pero no me llega. No me conecta, no la dejo acabar. Me pongo música de meditación.

Consigo irme centrando con la respiración, comienzo a solo estar, paso a centrarme en aquí y después en ahora, siento todo lo que la vida me ofrece en este sitio exacto y en este momento exacto. Siento la calma que me regala este momento y bebo de ella. Busco palabras que me relenticen y me relajen: calma, océano, sonrisa serena... y, a continuación, espacios y lugares... ohhhhh... me hacen conectar mucho con la calma y la lentitud, con detenerme y sentir paz, sentir que lo tengo todo en ese instante sin tener nada. Me emociono al pensar en lugares a los que ahora no puedo ir por el cierre perimetral: campo, vista de una sierra, hierba, mar, un porche al sol, un camino de Santiago... Siento pena por ello, pero luego me doy cuenta de lo feliz que me hace sentir traerlo a este momento con todas sus sensaciones. Las siento como si estuviera allí. Es fantástico. 

Respiro recargando la calma dentro de mí para el día de hoy. Me propongo hacerlo todo con calma, sin prisas, y si no llego a hacerlo todo no pasa nada. Y si llego tarde a algún sitio tampoco pasa nada, no tengo nada que sea vital en el día de hoy.

lunes, 9 de noviembre de 2020

Día 23

 


Hoy ha ido algo mejor.

Cansada como estaba de los últimos días, me he decidido a ponerme una meditación guiada de Claudio Naranjo. Indicaba que nos centráramos en la nobleza de respirar, en el placer de respirar. Nombraba la "dolce far niente" (dulce no hacer nada). Conectar con eso y, desde ahí, en ese momento en el que la mente está distraída, traerla al centro de nuestro ser.

Me ha gustado mucho que nos ha hecho tomar conciencia de nuestras incomodidades, tanto físicas como de la vida diaria, las frustraciones, lo que nos enfada y hace sentir mal. Ha indicado que sonriamos en ese momento y que sonriamos a esas incomodidades, una por una. Y, lo que más me ha gustado, que las tratemos como una madre trata a su bebé que llora. Me hace mucho bien esto. He mirado con más benevolencia, comprensión y amabilidad algunas cosas que me frustran y, desde ahí, creo que soy capaz de transformarlas. Esto no es posible desde el autorrechazo. 

domingo, 8 de noviembre de 2020

Día 22


Sin darme cuenta ayer hice el día 21. He oído en varias ocasiones que un hábito se crea en 21 días... Bueno, una cosa es el hábito y otra es el grado de éxito. Yo me levanto cada día y, salvo en una ocasión, me apetece ese rato... no busco excusas para no hacerlo, que es algo que he utilizado para incumplir otros propósitos que he tenido en mi vida. De ahí a cómo me va... supongo que tengo que tener más paciencia, ser menos dura y exigente conmigo misma y saber que, el hecho de sentarme cada día, hace su trabajo dentro de mí. De hecho sé que sí. Poco a poco...

Tengo últimamente la sensación de que cada vez me cuesta más trabajo dejar ir mis pensamientos y parar. Cuando me doy cuenta de que estoy en la mente, ya llevo un buen rato planificando cosas sin recordar en lo que estoy.

No me compro un zafu por esperar un poco, que soy muy novelera y (ojalá no) igual acaba en un altillo y yo pasando de meditar. No obstante, sé que me ayudaría en la postura. 

He de confesar que me cansé de Sergi Torres. Sus formas me agotaron, aunque he aprendido mucho de él, me quedo con su mensaje y todo lo que ha calado en mí que es mucho. 

Repito que muchas ideas suyas me han encantado, pero hay una que me está ayudando mucho estos últimos días con el tema de la alimentación. Explicó (más o menos y con mis palabras) que las adicciones son calmantes (siempre he pensado que la comida lo era para mí) y que detrás de una adicción se encuentra una emoción o sentimiento que queremos tapar, dormir, anestesiar. Cuando estos últimos días tenía "necesidad" de comer fuera del plan sano de alimentación que había planificado me decía a mí misma: "No lo necesito, solo quiero tapar algo y, encima, no lo va a conseguir, esa emoción o sentimiento va a seguir ahí" y me ha dado mucha fuerza. Otra cosa es qué voy a hacer con eso, y me lo estoy planteando mucho últimamente. Quiero mirarlo a la cara, quiero ver qué hago con eso.

Me han recomendado Claudio Naranjo. La verdad es que tengo buenas referencias de él que también me vinieron por parte de La Jardinera.

El otro día, hablando con unas amigas de mis objetivos en meditación, me recomendaron el yoga. Me recomendaron que comenzara viendo unos vídeos de yoga de Xuan Lan

Hablando de La Jardinera: El otro día en el curso de meditación trabajamos La Zona de Preocupación y la Zona de Influencia. De verdad que me sorprendió ese día, y cada día que pasa me sorprende más. Me explico: me parece un pensamiento lógico, que todas y todos sabemos y decimos a otras personas cuando se encuentran mal. Me parece tan obvio que, como herramienta de trabajo personal, me parece a priori muy básica. Ahora bien, el otro día hicimos la actividad de apuntar en un espacio todo aquello que nos preocupa en la vida y, en otro espacio, qué está en nuestra mano hacer en cada una de esas preocupaciones. Ese día me clarificó la mente pero he de decir que, en el día a día, se va creando en mí el automatismo de, ante una preocupación, pasar a la acción, en lugar de que mi máxima acción sea preocuparme y, de esta forma, hundirme.

sábado, 7 de noviembre de 2020

Día 21


Al levantarme, muy temprano, cansada por el día de ayer (trabajo y ocio) casi me pongo directamente a trabajar sin acordarme de meditar. Me acuerdo y no tengo ganas de ponerme. Creo que es porque espero lo mismo, una meditación insustancial, un intento de meditación más bien. Me pongo por cabezota con mi objetivo de conseguir calma y slow en mi vida. 

Respiro despacio, hago las respiraciones desestresantes. La montaña. Un océano. El campo. Respiro diciéndome "tengo calma". Me centro en sentir cómo se llevan los depósitos de calma de mi cuerpo al respirar.

Ayer por la mañana me había después de la meditación que al menos iba a hacer todo despacio y sin prisa, y, acordándome absolutamente en cada momento de que quería hacerlo así, no era capaz. Se convirtió en una de las mañanas más estresantes que recuerdo. Soy consciente de que yo misma me generaba ese estrés y esa aceleración, llegaba a encontrarme muy nerviosa. Lo que tenía que hacer no se correspondía a ese nivel de estrés. Me frustré mucho.


viernes, 6 de noviembre de 2020

Día 20



¡Qué trabajito! Hoy llevaba despierta en la cama una hora, por lo que mi mente estaba más que a pleno rendimiento cuando me he sentado a meditar. Sueño. Tengo por delante una mañana ajetreada y un par de meses fuertes de trabajo. No paro de maquinar... Y creo que me siento mal por no estar haciendo todas las cosas que tengo en la cabeza. No tengo bien visto "no hacer nada"

Hoy ni la montaña me ha ayudado. 

Me propongo vivir la mañana sin prisa, al menos trataré de no estresarme. Me intriga si conseguiré acordarme y si podré. 

Después de meditar leo:

En meditación perseguir el objetivo va en contra de la práctica misma.

jueves, 5 de noviembre de 2020

Día 19


Hoy me he puesto a meditar justo al levantarme. Incluso, si me quedo un rato en la cama despierta, ya se activa demasiado mi mente y empieza la máquina a hacer ruido. 

Pensamientos van y vienen, quedándose un poco conmigo, pero tengo más calma, paciencia y aceptación. Me trato con amabilidad. Hoy veo que ayer no.

Me centro en observar mi yo esencia, mi centro, lo que no se inmuta con lo que pasa fuera. Todo lo demás: pensamientos, preocupaciones, situaciones, emociones... no soy yo. Hay distancia.

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Día 18


Hoy no he sido capaz de detenerme, de frenarme y serenarme. Varias preocupaciones me rondaban desde que me desperté y se han quedado en mi cabeza casi todo el tiempo, siguiéndolas yo para resolverlas. Me he dejado llevar por ellas. También ha podido influir que no me he puesto a meditar recién levantada, sino después de hacer varias cosas, por lo que ya tenía mi mente activa y dispersa. También me ocurre que físicamente me encuentro tocada.

Me planteo ¿es meditación introducirme en un sentimiento o emoción para vivirla? ¿Puedo, en meditación, introducirme a sentir y conectar con conceptos aprendidos en los vídeos que veo sobre consciencia y presente?

Aprendo de Sergi Torres:

Tengo un pensamiento de quién soy yo y todo lo pienso a través de él. Cuando alguien me habla, al pasar por mi mente, hay interpretación y conclusiones. Cuando alguien nos atrae, nos atrae la interpretación que hacemos de esa persona desde el pensamiento de quién soy yo.

La personalidad es un disfraz. Lo malo es creerme que yo soy esa personalidad: no podré quitarme el disfraz porque ¿cómo voy a quitarme a mí misma? No existimos como nos vemos.

No creerme lo que pienso de las demás personas, las conclusiones y los juicios. Entonces se abre un espacio de consciencia donde veo lo que no veía.

En las adicciones hay que ir a buscar y experimentar esa emoción o sentimiento que intento tapar.

¿Cómo pasan cosas en mi mente de las que no me da tiempo a darme cuenta, cosas que son más rápidas que yo? Es como si mi decisión de andar fuera más rápida que mi decisión de no andar y me viera andando sin saber por qué.

Me pregunto: ¿Cómo evitar anticipar, estar en el después, y a la vez tener un propósito, trazar un plan para alcanzar una meta?

El sistema nervioso no está acostumbrado a la fuerte vibración de una revelación, de una consciencia, y es tal la intensidad que necesita bajarla con pensamientos de duda sobre esa revelación o consciencia.

martes, 3 de noviembre de 2020

Día 17


En días laborables me cuesta más encontrar la quietud, mi mente sabe que es día de trabajo y está más predispuesta a la actividad, a la velocidad, a programar, a planificar... Cuando imagino que es domingo llega antes la quietud.

Imagino que estoy en medio del campo, sin móvil, sin papel ni bolígrafo, sin nada que poder gestionar... me trae quietud y disfrutar el presente

La visualización de "soy una montaña" me ayuda mucho, no hay mayor quietud que una montaña.

Algo nuevo me ayuda, visualizo mi vientre como parte más profunda de mí misma y ahí me siento conectada con la parte más central de mí. A continuación intento llevar hacia allí mis respiraciones profundas y parece que la barrera está en el pecho. En el pecho es donde acumulo y siento la ansiedad. Imagino que mediante la constante respiración voy limpiando ese conducto y va llegando con mayor facilidad hacia mi centro. 

Aprendo con Sergi Torres

Cuando llega una situación inesperada que no entra en nuestra mentalidad, lo único que podemos hacer es salir de nuestra mentalidad y adentrarnos en esa situación, Si rechazamos la situación (que es vida también), la sufrimos y no hemos nacido para sufrir, sino para indagar, explorar, descubrir... Si lo vivimos, lo conocemos y aprendemos. "No tengo ni idea. Silencio. Escucho. Acepto. Respondo (no reacciono)."

La única forma en la que algo puede sorprenderme es porque pienso que tendría que ocurrir otra cosa. (Es la misma causa de la gracia que nos hacen los chistes). Por eso decimos "mira lo que me ha pasado", "mira lo que me ha dicho", porque nos habíamos adelantado a hacernos una idea de lo que tenía que pasar. ESO es lo que está pasando. Y lo que pasa no soy yo, aunque interpreto lo que pasa desde la idea que tengo de quién soy yo. 

Igual que un objeto nos encanta o desagrada por causa nuestra y no del objeto (porque, de hecho, hay cosas que gustan a unas y desagradan a otras), de la misma forma, si disfruto o sufro las situaciones, vivencias y experiencias, la causa y la responsabilidad soy yo y mi interpretación. Tengo que abrirme a la experiencia como una oportunidad, una aventura y un aprendizaje.

Pongo la atención en la situación, luego en mí, luego en la situación... y así varias veces. De esta forma tomo distancia y aprendo que lo que me causa lo pongo yo y no la situación.

Me viene una duda: ¿Cuándo alejarme de la situación y cuándo adentrarme en ella? ¿Será que primero tengo que alejarme para verla con distancia y después adentrarme a vivirla? Con los sentimientos lo mismo ¿Alejarme para ver que no los trae la situación y después atravesarlos?

lunes, 2 de noviembre de 2020

Día 16


Me acerco a mi rato de meditación con muchas ganas, voy al encuentro de un espacio y un tiempo amable y casi de justicia conmigo misma. Hoy pongo el tiempo en 20 minutos, me apetece.

Me emociono al principio, es una sensación de agradecimiento por este regalo.

Siento mi presencia, me atiendo a mí, pongo la atención en mí, en la postura en la que estoy. Respiro muy despacio. Es lo que más me detiene, voy añadiendo frases, palabras que me traen calma. 

Tengo problemas con las cervicales, pensaba que estaba en buena postura, se ve que no.

Hoy siento facilidad, un camino llano hacia ese estado de lentitud. Creo que alcanzo más momentos de meditación. 

Noto cómo tomo conciencia de mi yo como algo separado de mis situaciones. No soy mis situaciones. 

Sigo aprendiendo también de la mano de Sergi Torres

Nuestra mente siempre nos indica qué representa una amenaza a nuestro bienestar. Pero nuestra mente no sabe lo que es nuestro bienestar, sino su bienestar: LO QUE CONOCE. 

No sentirse triste por sentirse triste, sino intrigada e indagar. Viene a descubrirte. 

No es tu recuerdo lo que te produce tristeza, sino la interpretación que haces de tu recuerdo, 

Cuando tienes un objetivo que te dice: "Cuando alcances esto, entonces sí que sí", te estás despreciando a ti misma. Entonces no puedes alcanzar nada y sientes que la vida no te ofrece nada cuando te está ofreciendo todo generosamente en cada momento. 

La idea de quién soy no me deja ser quien soy. Tengo que descubrirme. En los conflictos que vivo, no es lo que pasa sino la idea que tengo de mí, de la otra personas y de lo que pasa. 


domingo, 1 de noviembre de 2020

Día 15


Tengo problemas con la postura. Ayer en el curso me encantó meditar en el zafu. Aquí he pasado del sofá al suelo por encontrar la postura más correcta pero aún no he dado con ella. 

Ayer (cara de felicidad) fui capaz de detener un momento de ansiedad por varias cosas que tenía que hacer. Lo hice respirando, haciendo lo que estaba haciendo más despacio y con atención, y pensando que haría lo que me diera tiempo saboreándolo. ¡NO ME LO CREO! Creo que es la primera vez en mi vida que lo consigo. En otras ocasiones lo han intentado otras personas desde fuera (a veces lo han conseguido y a veces no) pero esta es la primera vez que soy yo misma :)

Tengo que conectar más con las cosas que me apetece hacer y llevarme a hacerlas en lugar de dedicar tanto tiempo al trabajo o atareas que resolver. 

Quiero estar más en la acción que en la preocupación. 

sábado, 31 de octubre de 2020

Día 14


Hoy hemos tenido la segunda sesión del Curso de Meditación para Principiantes con La Jardinera.

He podido resumir estas dos semanas:

En un primer lugar enfado e impotencia como consecuencia de hacerme más consciente de mi velocidad y forma de vivir. Así he pasado a otra fase de profunda tristeza y bloqueo que, al atravesarla, he podido llegar a una tercera fase donde he podido permitirme o he sido capaz de "probar" ritmos nuevos. 

Recibo un feedback positivo, soy tierra fértil. siento esperanza y ánimo para seguir. 

Trabajamos en clase el círculo de preocupación o círculo de influencia. Una herramienta que me recuerda a preguntas que he aprendido a hacerme con La Jardinera en otros ámbitos y que he trasladado su uso a mi día a día pero que, en forma de círculos concéntricos, me hacen ver dos espacios bien diferenciados en los que estar: el espacio de la preocupación y el espacio de la acción. Es afortunadamente irremediable que, si estoy en uno, me estoy saliendo del otro. Si estoy en la acción no tengo demasiado espacio para poder estar, además, en el de la preocupación. Me ha servido muchísimo porque soy muy gráfica y por ese camino interiorizo mucho mejor. 

A veces al hacer ciertas cosas sentimos algo de malestar: estamos fuera de la zona de confort, hay que "obligarse" un poquito a estar ahí. Hay que mantenerlo. 

Es bueno sostener (abrazar, atravesar) las emociones para liberarnos de ellas. Si corremos para huir, nos persiguen de por vida. 

En clase he ESTADO plenamente y llenándome de todo, como esponja. 


viernes, 30 de octubre de 2020

Día 13


El día de ayer siguió siendo muy triste. Estaba bloqueada. 

Yo, que paso últimamente todo mi tiempo trabajando, no era capaz. Me tiré en el sofá porque no tenía energía para nada. 

Hoy estoy más calmada, ayer tuve que parar el ritmo de trabajo e hice algunas cosas con más calma.

Mirar las cosas como se mira a un niño o a una niña... observando sin prisa, queriendo descubrir los matices.

Me anclan algunas meditaciones guiadas. He practicado una de ellas en la que llevaba la respiración a la emoción que estaba sintiendo. 

jueves, 29 de octubre de 2020

Día 12


Ayer pasé el día muy triste, con una tristeza muy profunda. Pero decidí sentirla, "disfrutarla", abrazarla. 

Siento mucha presión. Ganas de soltarla llorando. 

He leído que no hay que esforzarse por conseguir nada, solo es pasar tiempo haciendo lo que quiero hacer. De esta forma aprende un niño o niña a andar: no se esfuerza, solo hace lo que le apetece hacer.

Me pregunto si se puede considerar meditar usar audios con reflexiones que ayudan a vivir de forma más consciente. 

Escuchar a Sergi Torres durante el día de ayer me ayudó mucho y voy a seguir haciéndolo. Su forma no me gusta, me parece un poco "sé que soy bueno y que flipan conmigo" pero sus reflexiones sí me gustan, de hecho, flipo con ellas. 

También descubro a Peter Slow. Me gusta su sencillez

Uso hoy, además, un audio en el que voy parándome en cada parte de mi cuerpo, las bendigo incluso.


miércoles, 28 de octubre de 2020

Día 11


Hoy me sorprendo necesitando mucho la meditación. Me acosté agobiada tras un día de gran estrés y personas trasladándome sus preocupaciones. Nada más abrir los ojos, mi mente empieza como un vinilo a mil revoluciones.

Me ha ayudado respirar contando muy muy despacio, incluso pensando palabras muy despacio: solo estoy, océano, traigo calma...

Me ha gustado

martes, 27 de octubre de 2020

Día 10


Mi mente va a mil con todo lo que tengo que hacer.

El audio de La Jardinera me ayuda a anclarme.

Necesito que esto no sea solo los 15 minutos de la mañana: o lo hago en otros momentos o practico la atención en las cosas

Estoy enfadada.

lunes, 26 de octubre de 2020

Día 9


Ya en casa. Pero lunes: la cabeza como una agenda electrónica: mucho ruido, mucho organizarme, mucho que pensar, mucho que hacer...

Cuando quiero volver, lo único que me sale es mi quietud, incluso no respirar.

Vuelvo solo por unos segundos breves.

Estoy siendo constante y perseverante, me siento orgullosa.

domingo, 25 de octubre de 2020

Día 8

 Como ayer, tendría que haberme ido a la playa al despertarme y haber meditado allí. Me dio pereza. 

sábado, 24 de octubre de 2020

Día 7


Difícil. Estoy en una casa familiar, con muchas personas, muchos ruido y sin un espacio íntimo.

Me centro en sentirme una montaña. Después paso a visualizarme como un árbol que está quieto pero con pájaros, vida y movimiento al rededor.

viernes, 23 de octubre de 2020

Día 6


Casi todo el tiempo he estado con ruido mental proveniente de todo lo que me estresa laboralmente.

En algunos momentos puntuales me ayudó volver a "solo/estoy"

jueves, 22 de octubre de 2020

Día 5


 ¿Qué tiene que haber en la mente al meditar? ¿Nada? ¿Sensaciones, ideas, conceptos?

Inspiro diciéndome muy despacio "solo" y espiro "estoy"

Inspiro "aquí estoy" y espiro "y estoy bien"

Inspiro "despacio" y espiro "con calma"

Me han gustado estas prácticas que me han salido solas buscando la calma y al quietud. Mi mente se ha parado más que otros días, ha habido menos lucha.

miércoles, 21 de octubre de 2020

Día 4

 


Practico distintos modos de respirar para centrarme en ellos. 

¿Cómo sé cuándo me ha ido bien en el nivel de aprendizaje en el que estoy?

Descubro que la postura sí es importante.

Me cuesta mucho hacer las cosas despacio. La operatividad y el que me dé tiempo a hacer cuantasmáscosasmejor es un handicap.

martes, 20 de octubre de 2020

Día 3

 


Encuentro gran dificultad en parar mi mente.

Me sonrío, me doy calorcito y amor, mimo. 

La cabeza llena de trabajo.

lunes, 19 de octubre de 2020

Día 2




 ¿Qué es la ansiedad? La siento en el pecho y la garganta.

Visualización: Yo poniendo remedio a todos los caminos de las posibilidades de todo aquello que puede ocurrir. Recojo como una alfombra, aún no ha pasado nada, cuando pase pensaré en hacer algo. 

Aquí estoy, ante mi yo esencia, por y con respeto

Pienso en ese espacio de tiempo que hay entre lo que pienso o siento y lo que actúo. Tiempo para decidir.

Olvido hacer las cosas despacio y con atención y, cuando lo recuerdo, no soy capaz.

Estoy en lo que viene después.

Educación recibida para estar en continuo estado de alarma por cualquier cosa. 

Leo: COSAS QUE NO SABÍA QUE ERAN ANSIEDAD:

- Preocuparme por cosas que seguramente no pasarán.

- Tener pensamientos catastróficos.

- Querer satisfacer todas las experiencias de las demás.

- Querer tener el control de todo.

- Criticarme a cada minuto.

- Buscar la perfección en todo.

- Mucha dificultad al tomar una decisión.

- Pensar que todo el mundo está juzgándome en silencio.