lunes, 9 de noviembre de 2020

Día 23

 


Hoy ha ido algo mejor.

Cansada como estaba de los últimos días, me he decidido a ponerme una meditación guiada de Claudio Naranjo. Indicaba que nos centráramos en la nobleza de respirar, en el placer de respirar. Nombraba la "dolce far niente" (dulce no hacer nada). Conectar con eso y, desde ahí, en ese momento en el que la mente está distraída, traerla al centro de nuestro ser.

Me ha gustado mucho que nos ha hecho tomar conciencia de nuestras incomodidades, tanto físicas como de la vida diaria, las frustraciones, lo que nos enfada y hace sentir mal. Ha indicado que sonriamos en ese momento y que sonriamos a esas incomodidades, una por una. Y, lo que más me ha gustado, que las tratemos como una madre trata a su bebé que llora. Me hace mucho bien esto. He mirado con más benevolencia, comprensión y amabilidad algunas cosas que me frustran y, desde ahí, creo que soy capaz de transformarlas. Esto no es posible desde el autorrechazo. 

No hay comentarios: