viernes, 13 de noviembre de 2020

Día 27

 




Después de la experiencia de ayer, y encontrándome hoy en una situación similar de agobio por cantidad de trabajo he tomado dos decisiones. La primera ha sido que, al despertarme de forma natural una hora antes de lo habitual, las 5:45, he decidido que, ya que iba a quedarme en la cama sin poder volver a dormir y dándole vueltas a la cabeza, lo mejor era levantarme y empezar antes, así no estaría "robándole" tiempo al la jornada laboral... una tontería, seguramente, pero me descarga de presión. En segundo lugar, me he decidido por una meditación guiada para, después, quedarme unos minutos más yo sola. 

La meditación guiada me ayuda a irme menos. En esta ocasión, ha sido un escaner corporal y, posteriormente, un tomar conciencia del espacio. No es que me haya encantado, pero me ha centrado. Realmente prefiero guiarme yo, pero hay veces que es muy arriesgado. Lo que sí me he dado cuenta de que es algo fundamental es la música de fondo, me sitúa mucho, me lleva adentro y me ayuda a entrar en un ritmo y estado inicial que facilita todo lo demás.

Me planteo: lo que hago ¿es meditación o simplemente relajación?, ¿qué diferencia hay entre una y otra?

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